Tengas la edad que tengas, puedes construir una buena autoestima. Trabajar en ella es un gran objetivo. Sin cierta dosis de autoestima es un reto enorme estar bien, es cómo escalar una montaña sin el equipo necesario, es prácticamente imposible. Lograr estar bien con nosotros mismos nos acerca a la felicidad, a la paz y a una vida plena y satisfactoria. ¿Qué puedo hacer para tener más autoestima? Veámoslo en este artículo.
¿Qué es la autoestima?
La autoestima es la valoración subjetiva que una persona hace sobre sí misma. Es la percepción que tiene sobre su valía y competencia como persona. La valoración que se hace sobre sí misma puede ser positiva o negativa.
Una persona con una autoestima sana se caracteriza por creer en sus capacidades, habilidades y competencias, y tiende a tener una actitud positiva.
Una capacidad que nos diferencia de los demás animales es la capacidad de definir una identidad y darle un valor. Es decir, poner palabras a quién soy y acto seguido decidir si me gusta mi identidad o no. El problema está en la capacidad de juicio que tenemos los seres humanos, hay cosas que nos gustan y otras que no. Cuando lo que no nos gusta lo vemos en nosotros/as mismos/as, se genera un gran dolor. Ante esta valoración negativa, es habitual ver que se levantan unas barreras de «protección», que nos hacen querer evitar situaciones nuevas como conocer gente, cambiar de trabajo, tomar decisiones, expresar mis sentimientos… Para resolverlo uno puede llegar a sumergirse en el perfeccionismo o una gran autoexigencia, puede sentir mucha tristeza, rabia, enfado, envidia, celos, y en algunas ocasiones se puede llegar a recurrir a las drogas.
¿Qué es fundamental en la autoestima?
En mi experiencia como psicóloga he podido observar en consulta que la autoestima va absolutamente ligada con el entorno de la persona. Escoger bien tu círculo es fundamental. Pretender trabajar el amor propio con un entorno que me hunde, es prácticamente imposible. La imagen que tengo de mí se construye en función de los comentarios de las personas que me rodean. En función de lo que me han dicho, voy a tener una imagen u otra de mi persona. Por tanto, el entorno juega un papel muy significativo. Pretender que no me afecte lo que me digan, no es sano ni adaptativo. Si no gusto, veo el peligro de quedar excluido de mi entorno y quiero que me acepte.
Los 4 pilares de la autoestima
Ahora ya sabemos qué es la autoestima, hablemos de los 4 pilares en los que se asienta la autoestima:
Autoconocimiento. Es el conocimiento sobre uno mismo. Para hacerlo el mejor ejercicio es describirse, responde a ¿cómo soy? física y personalmente. Mira de hacerlo con una mirada amable, es decir buscamos la descripción no el juicio. Por ejemplo, podemos poner “me cuesta mucho confiar en alguien” en lugar de “no sé hacer algo tan simple como confiar”. No buscamos el juicio.
Autoconcepto. Es la manera en que te percibes, la imagen que tienes sobre cómo eres. ¿De qué manera me veo? ¿Qué juicio hago sobre mi? ¿Qué cosas me gustan y qué cosas modificaría? En este punto, también tenemos que tener en cuenta el entorno: ¿cómo me valoran?, ¿cómo me siento con ellos?, ¿me transmiten que soy importante para ellos?, ¿qué me dicen?. No olvidemos que cómo me ven los demás afecta directamente a cómo me veo yo.
Autorrespeto. Es el respeto que tienes hacia ti. Pregúntate, ¿cómo me hablo? ¿cómo me trato?, ¿me priorizo?, ¿me cuido?.
Autoaceptación. Es aceptar tus dos partes, tus capacidades y tus debilidades. Se trata de ver los aspectos que te gustan y los que no, y acogerlos. Al contrario de lo que mucha gente cree, una buena autoestima no se trata de verme sólo con buenos ojos siempre, eso es imposible. La realidad es que todos tenemos partes que nos gustan y partes que no, tanto de físico como de personalidad pero la manera en que te tratas y te aceptas es dónde está la diferencia.
¿Cómo subir la autoestima?
Cuida tu diálogo interno.
Es fundamental para el bienestar emocional. Presta atención a tus pensamientos, reconoce cuando el diálogo interno se vuelve crítico o negativo. No asumas tus pensamientos negativos como verdades absolutas, cuestiónalos. Empieza a practicar a hablarte como si fueras un amigo tuyo, al principio puede costar o ser raro, pero cada vez vas a tratarte de manera más amable.
Autocuidado.
El autocuidado es para mejorar y mantener el bienestar propio. Es un proceso continuo que ayuda a priorizarnos a nosotros mismos y a nuestras necesidades, permitiéndonos funcionar de forma óptima en el día a día. Existe el cuidado físico, emocional, mental, social, espiritual, profesional y personal. Es importante cuidar de todos ellos para estar bien.
Aparta las comparaciones.
Las comparaciones son un arma de destrucción para la autoestima. Aunque muchas veces son inevitables, deja de alimentarlas, no indagues en lo que te duele. ¿Cuando lo haces te ayuda? ¿Te ha ayudado alguna vez?. No tiene sentido entrar en comparaciones, te acabas sintiendo peor.
“Ahora no”.
Es para trabajar sobre los pensamientos negativos y rumiativos. Los pensamientos rumiativos, a diferencia de lo que muchos creen, no se van por luchar contra ellos, al contrario cogen más fuerza. Es por eso que este ejercicio va bien para reducirlos. Busca tener todos los días un momento para poder pensar en ti. ¿Hay algo que me preocupa? ¿Qué me preocupa concretamente?. Puede ayudarte escribirlo en lista y darte un tiempo diario de unos 10-15 minutos para pensar en ello.
Interrumpe pensamientos negativos.
Requiere de entrenamiento, por lo que sería adecuado practicarlo diariamente. Cuando detectes que tienes pensamientos negativos o destructivos, interrumpe con un estímulo (palmada, pellizco o bofetada suave) y simultáneamente dí STOP o BASTA. Cambia de actividad y lugar, si es posible, para interrumpir los pensamientos.
Y recuerda, el entorno es fundamental. Acércate a quién te ayuda, apoya, valora y respeta. Aléjate de aquellas personas que te dañan la autoestima.
Si ves que no estás pudiendo por tu cuenta acude a terapia con un psicólogo. Si estás buscando psicólogo, te animo a conocernos solicitando una primera sesión en el formulario de contacto o un primer contacto informativo al teléfono de WhatsApp.